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martes, 24 de mayo de 2011

101 KM RONDA

Aquí os dejo algunas de las experiencias de nuestro PRIMER CABALLERO - LEGIONARIO ( MANUEL JESUS PAREDES AGUILAR ).
Al llegar a Ronda esa mañana se tiene una experiencia distinta a las demás carreras, demasiados nervios y la intriga qué pasará durante tantas horas de carrera, llegaré, no llegaré,.... a la vez que nervios te sorprende ver a tantos legionarios sueltos por allí. Al entrar en el campo de fútbol (desde donde es la salida) ves que es una carrera diferente, sueltas la mochilas que puedes dejar en distintos puntos en la carrera para echar ropa de abrigo, deportes,....y claro como no podía ser de otra forma la sueltas en camiones militares, parece que vas al frente en vez de a correr jejeejej.
La espera hasta la salida se hace larga, intentando relajarme en el césped, hasta que llegan las palabras del alcalde y el Teniente coronel de la X bandera del 4º Tercio de la legión española, para terminar diciendo: VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGION y todo el personal allí gritando viva, está bien chulo.
La carrera es estupenda, no tienes presión del tiempo, sólo importa llegar, y llegar por tu propio pie.
Mucha gente va a tu mismo ritmo, lo adelantas te adelantan 14 veces, y en parte gracias a ellos que te animan cuando te ven jodido y te dicen que te enganches, haces más y más kilómetros.
A veces, ya estas listo y no puedes correr más, pero te sorprende que la cabeza te pida que corras, da igual lo que diga el cuerpo, hay que llegar al próximo avituallamiento. Los avituallamiento también son la leche, carpas de camuflaje militares con camiones cisternas militartes por supuesto.
En prinicio poca gente se plantea hacer las cuestas arriba corriendo, lo ves nada más empezar, repechitos te paras automáticamente y a andar ligerito, todos los llanos y cuestas abajo corres, eso es así (por lo menos en mi caso) hasta el km 67 o 70, a partir de ahí ya sólo corres cuestas abajo, pocos llanos tienes ganas de correr y más sin saber lo que te espera.
En el 75 aprox se me hizo de noche, linterna en mano vas buscando el cuartel de la legión, la buscada comida caliente, harto ya de acuarios, plantanos, naranjas, y chutes de glucosa. Que bien sienta el caldito del puchero calentito jejeeej pero un error, sentarte, estaría 10 minutos y luego no te puedes mover y para colmo nada más salir del cuartes cuestón para arriba, horrible.
Pero más dura es la cuesta de subida a la ermita que ves lucesitas rojas muy pero que muy altas, vas subiendo bien hasta que de pronto te ves las piedras pegadas a la lengua de lo empinada que estaban, pero con la mente pensando en el próximio avituallamiento seguimos andando. La noche es buena para buscar un grupito y andar con él, si te encuentras sólo vas disminuyendo el ritmo sin darte cuenta.
Todas las estrellas se veían por la noche, precioso a pesar de los dolores en los pies que llevaba de las ampollas. Eso si que es un problema, las ampollas, desde el 70 empecé a sentirlas, sintiendo rebentarse algunas y en los dedos sentía el pellejo suelto moviéndose, llevaba calcetines limpios pero no me atrevía ni a quitarme los deportes, había que llegar a la meta.
Y poco a poco se acercaba más el último tramo, la llamada cuesta del cachondeo, una pechá de reir que me di subiendo. Es una cuesta de un par de km de bolos macisos y tela de empinada, además de lo cascado que vas ya, lo que faltaba una última cuesta y sin poder casi plantar los pies, pero había que llegar. Al fin la meta, 200 metros, había que llegar a lo grande, sacar fuerzas de donde ya quedaban pocas y terminar corriendo. LLegué, reto conseguido, mucho antes de lo que pensaba y en mejores condiciones que creía que llegaría. Al cruzar la meta los legionarios te felicitan y te ponen la medalla. Justo después de cruzar la meta, ya si que no te responde el cuerpo, apenas puedes andar, con los pies doloridos pero con una gran satisfacción personal, haber echo los 101 de ronda a pie. Sin lugar a duda, un poco mejor que muerto, montado en el coche de vuelta, ya pensaba en que tenía que volver a hacerla al año siguiente. Poner el cuerpo al limite, saber de lo que eres capaz, no imaginarte de cuánto tiempo eres capaz de aguantar corriendo (te sorprendes). Casi una semana después, me siguen doliendo las ampollas de los pies, pero merece muchísimo la pena. Me encantó hacer esta carrera. El año que viene de nuevo, espero llegar y si es posible bajar el tiempo, y por supuesto arrastrar algunos a la locura jejeje

1 comentario:

  1. Tenemos que felicitar a nuestro socio Fco. Javier Romero Gónzalez " Romerito" por su participación en 101 km, no lo hizo con el nombre de nuestro club por realizar el recorrido en la modalidad de equipos - 5 personas-. Finalizó en aproximadamente 15 horas. Enhorabuena

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